miércoles, 12 de mayo de 2010

LOS COMPADRES

Estos eran dos compadres, uno de ellos tenía dinero, tenía bestias para que le trabajaran la tierra y con ello obtenía abundantes cosechas de fríjol y maíz que vendía en la plaza del pueblo. El otro compadre tenía nada más lo que calzaba y vestía, pero era una persona sencilla y honesta.

Una mañana muy temprano, el compadre rico estaba cargando a su bestia con una gran carga de fríjol y maíz para irlo a vender a la plaza principal del pueblo. En ese mismo momento venía el otro compadre por el camino que bajaba del monte con su carga de leños en la espalda. Éste se detiene al mirarlo y le dice _ ¡ Buen día compadre ! ¿ Qué llevas de carga hoy ? Presuroso el compadre rico cerró la boquilla del costal con un lazo para que su compadre no viera lo que llevaba dentro y le responde _ llevo unos trozos de ollas y cazuelas de barro para venderlas en la plaza, a la gente le gusta y se vende mucho, me dio gusto saludarlo compadre, pero ya me voy. _¡ Que venda mucho ! le dijo el otro compadre y volvió a cargar su tercio de leños que había dejado reposando en el suelo. Mientras caminaba rumbo a su jacal pensaba en lo que le había dicho su compadre acerca de que él vendía mucho los trozos de ollas y cazuelas de barro, y al llegar a su jacal, presuroso comenzó a juntar todos los trozos de ollas, cazuelas y platos de barro que pudo encontrar en el rincón del patio de su jacal donde depositaba su basura, sacudió los trozos de barro y los metió dentro de su morral de ixtle y muy contento se dirigió a la plaza del pueblo para vender sus trozos de barro. Al llegar a su destino, colocó los trozos de barro en el suelo para exhibirlos y poderlos vender; pero pasaban las horas y el sol ya estaba por esconderse y el compadre no vendía nada, en eso un policía que lo estaba observando se acerca y le pregunta _ ¡ Hombre ! ¿ Para qué es esa basura? _ el compadre le responde _ no es basura señor, son trozos de ollas y cazuelas de barro, mi compadre me dijo que él vende mucho de esto aquí en la plaza, y ya no veo que esté aquí porque seguramente ya terminó de vender. El policía enormemente consternado sacó una moneda del bolsillo de su pantalón y extendiendo su mano le dice _ toma, no es mucho, pero para algo ha de servir, y ve a tu casa que ya pronto caerá la noche. El compadre toma la moneda y le agradece con una sonrisa. Toma sus Tepalcates de Barro y los pone en su morral de ixtle. Mientras caminaba en la plaza observando la gran variedad de mercancías que se vendían en ese lugar; pensaba que podía comprar con la moneda que le habían regalado y comentaba para sí mismo _ ¡Qué bonitas máscara venden allí en ese puesto, de niño siempre quise tener una, ¡la voy a comprar!. El compadre se acercó al lugar donde vendían las máscaras y pidió una. Muy contento con su máscara caminaba de regreso al pueblo. Pero ya había caído la noche e iba solito por las veredas en el monte, en eso que mira una luz a lo lejos del camino, se fue acercando más para mirar bien y pudo darse cuenta que era una fogata y alrededor de ella había muchas gentes con aspecto malo, desagradable, ¡eran ladrones!. Fue acercándose sigilosamente mas hacia ellos con la intención de hacer amistad y así poder enseñarles su máscara, se la colocó en el rostro y que salta sorpresivamente de entre los arbustos que lo ocultaban; uno de los ladrones lo miró y gritó _¡ corran! ¡allí viene el duende malo! ¡es el diablo! y dando grandes pasos corrió hacia un barranco, los otros al mirar también al hombre huyeron detrás de él con mucho miedo para escapar de allí _ ¡ no se vayan ! no se asusten, pero los ladrones no quisieron escuchar al hombre y siguieron corriendo llenos de miedo. Se quedó muy triste el compadre, pues ya no pudo enseñarles su máscara, se sentó al lado de la fogata, al voltear la mirada en busca de más leños, estaban dos costales llenos de algo, curiosos por ver que es lo que tenían dentro los abrió y pudo ver que estaban llenos de monedas de oro y plata, los levantó con mucho esfuerzo y los cargó a un caballo que los ladrones habían dejado, y que se dirige de nueva cuenta de regreso al pueblo; era ya de madrugada cuando llegó a su jacal, muy contento descargó a la bestia y guardó el dinero. Al amanecer, tenía mucha hambre y se encaminó al tendajón del pueblo y compró muchas cosas ricas y deliciosas, en ese momento iba llegando su compadre rico, el cual se sorprende al mirar todas las cosas que el compadre pobre llevaba para comer y lleno de curiosidad le pregunta _ dime ¿ De dónde sacaste tanto dinero para comprar todo eso ? Recordando lo mal que se había portado el compadre rico, el otro le respondió _ sólo seguí tú consejo, junté los trozos de ollas y cazuelas de barro y me fui a venderlas a la plaza y con ello saqué mucho dinero. El compadre rico sin decir más, se fue presuroso a su casa y en el camino decía para sí mismo _ ¡ No puede ser que él siendo pobre toda su vida, ahora tenga más dinero que yo ! Si al compadre le resultó lo de las lajas de barro, seguramente a mi me irá mucho mejor. Al llegar a su casa tomó todas las ollas y cazuelas de barro que había en su casa y las rompió, las echó en un costal, las cargó en uno de sus animales y se dirigió a la plaza del pueblo decidido a venderlas. Al llegar a la plaza extendió todos los trozos de barro de lo que fueron ollas y cazuelas en el suelo y como eran bastantes tepalcates estorbaban el paso para la gente que iba de compras a la plaza. Al mirar esta situación, el policía encargado de guardar el orden se acercó a él y le indicó que retirara esa basura del camino, de lo contrario lo llevaría a la cárcel de la agencia municipal por estar alterando el orden, pero el compadre muy enojado respondió que no se quitaría de allí porque él era una persona muy importante, además que lo que el vendía no era basura, sino mercancías que le darían mucho dinero. El policía ya desesperado por la resistencia de éste, que se lo lleva a la cárcel. Estando allí recordaba la manera en que él había engañado antes a su compadre, por lo tanto se lo tenía merecido por haberle mentido.

LOS CINCO HIJOS

Se cuenta la leyenda que en un pueblo vivió un hombre que tenía cinco hijos, todos varones. El hombre vivía afligido y triste porque a pesar de que trabajaba duramente, de sol a sol en su tierra, lo que cosechaba no le alcanzaba para mantener y darles de comer a todos sus hijos. Un día el hombre llamó al más pequeño de los cinco y le dijo _ ¡hijo! necesito que me acompañes al monte a cazar conejo para que comamos todos; y tú como eres muy chiquito puedes meterte a las cuevas a donde esconden estos animalitos para que los arríes y así yo pueda cazar a alguno de ellos. Ambos, padre e hijo se encaminaron rumbo al monte. Caminaron mucho tiempo; mientras el padre pensaba que no podía mantener a todos sus hijos y era lo más bueno para su hijo que si dejaba a su hijo en el monte, seguramente otra gente lo encontraría y al ver al niño perdido y sólo lo llevaría a su choza, le daría de comer y así el niño llegaría a ser un hombre grande. Ya no pasaría más hambres, como las que pasaba con él. (agregar.) además según el le convenía dejar. Al llegar al lugar en donde cazarían los conejos, el padre le ordenó al pequeñito _ Mi´jo vaya y métase a su cuevita y vea si hay conejos, pero, espéreme allí que yo voy a juntar piedras para mi honda para poder cazar al conejo, y no salgas de la cueva hasta que oiga que le hablo, ¡me entiende!. El niño, con su cálida mirada vio a su padre y obedeciendo se metió a la cueva y esperó hasta que su progenitor le hablara.

Pasó mucho tiempo, y el niño al ver que su padre no lo llamaba, salió de la cueva y comenzó a buscarlo. Caminó entre las veredas del monte y a pesar de que era muy pequeño no tenía miedo; él quería volver a su casa, sabía que tenía que caminar mucho y buscar el camino que lo llevará de regreso a su casa. En eso le pareció oír voces de otros niños y caminó hacia donde venían esos ruidos y cuál fue su sorpresa que en medio de ese desconocido e inmenso monte estaba una casita muy bonita. Se acercó más, y a su encuentro salió una anciana (viejita) que con voz muy dulce y tierna le dijo : ¡Qué bueno que veniste aquí! ¡te estaba esperando! ¡anda pasa! Supongo que debes tener mucha hambre y yo tengo mucha comida. ¡siéntate hijito! . Como verás aquí hay más niños con los que podrás jugar y hacer buenos amigos. El niño veía con mucha atención toda la casa muy sorprendido. Era un lugar muy bonito, tenía una gran mesa y sus sillas de madera. Encima de ésta había una gran variedad de manjares que de ellos salían unos aromas exquisitos. Había muchas frutas, tantas que aún con toda el hambre que el sentía quedarían muchas para seguir comiendo en más días. Cerca del fogón había un gran canasto con muchas tortillas de maíz, tan blancas, como la luna misma. Al lado de este había una gran olla de barro que seguramente en su interior tenía unos frijoles con epazote. El niño miraba todo lo que había allí y preguntó a la anciana por una olla que estaba en un rincón de la casa y le dijo: ¡Oiga! ¿para qué quiere esa olla tan grande? A lo que la viejita respondió: ¡Ah! En esa olla pongo a hervir agua para que se bañen los niños, ¿ves esa cuevita hecha de piedras que tengo allí? _ si, respondió el niño _ es un temazcal _ así es _ respondió la viejita y allí en ese momento se va a bañar uno de esos niños y después le tocará a otro de ellos, y por último a ti. Pasaron los días, y el niño miraba cómo los demás niños que habían estado en la casa iban desapareciendo, ya nunca más salían del temascal. Y se puso a pensar que es lo que les pasaba al entrar allí y dijo para sí mismo, -esta señora no es buena, se come a los niños, ¡los cocina en barbacoa! A mi no me va a comer porque huiré de aquí y voy a buscar a mi padre y llegaré a mi casa. Pensando estaba, cuando la viejita le dijo al niño que le tocaba bañarse porque ya estaba muy sucio y que ya había puesto agua a hervir para que se metiera al temazcal. El niño con mucha obediencia se dirigió al temazcal y fingiendo que le dolía un pie le pidió a la anciana le ayudara a meterse, esta aceptó y una vez que estuvieron en la puerta del temazcal, la empujó y como pudo cerró la pequeña puerta para que la vieja no saliera. Sólo escuchaba los gritos de ésta que le pedía auxilio rogándole que no fuera malo y la sacara de allí.

El niño no hizo caso a los gritos de la anciana y pensó que antes de irse se iba a llevar la olla que siempre estaba junto al fogón para invitarle de comer a su padre y a sus 4 hermanos. Tomó la olla y salió de la casa y corrió por el monte. Corrió por mucho tiempo temeroso que la anciana pudiera alcanzarlo. Se sentía cansado y su respiración era agitada por tanto correr. Se sentó a descansar encima de un tronco de árbol. A lo lejos escuchó el ruido que un hacha hace al chocar con los leños al cortarlos, se levantó y caminó con mucho cuidado para no hacer ruido y no ser visto antes que él pudiera saber de quien se trataba. Pero cuan grande fue su alegría al ver que la persona que cortaba la leña era su padre, y con gran júbilo presuroso corrió a donde estaba y exclamó _ ¡Tata! ¡Tata! ¡Qué bueno que eres tú! Mira Tata, traje esta olla con comida para que comas tú y mis 4 hermanos y ya no tengan hambre. El padre enormemente conmovido y con un gran pesar en su alma por las palabras de su hijo y con mucho remordimiento, recibió la olla que el niño generosamente le entregaba. Pero mayor fue su sorpresa al mirar que la olla estaba llena de monedas, no pudo contener las lágrimas y llorando amargamente abrazó al niño pidiéndole le perdonara por haber sido tan egoísta, y por haberlo abandonado en el monte a su suerte.

LA VIRGEN

Era una niña que andaba en la calle, no se sabía si tenía papá o mamá. Jugaba con otros niños que estaban en la calle, hasta que un rico la llamó a su casa y la creció, y cuando creció le dijeron que buscara su compañero porque ya estaba grande. Entonces el rico le dijo que cuando hubiera fiesta puedes buscar tu compañero porque aquí llega mucha gente, y así fue. Llegaban ricos y pobres, pero no los quería hasta que llegó un viejito que traía una flor en la mano y la muchacha dijo que con él se quería casar. Entonces el rico mandó a llamarlo y le dijo que si se quería casar con la muchacha. Pero él respondió _ pero si yo estoy viejo, que tal si después no me va a querer y me va a correr _ No, no te va a correr _le dijo el rico. Ella quiere casarse contigo porque cuando te vio traías una flor en la mano. Yo te voy a dar la casa donde van a vivir, le dijo el rico _ se juntaron y se fueron a vivir a la casa que el rico le había dado. Al otro día mandó a hacer lonche porque iba a trabajar aserrando madera. Ya que terminaron de hacer su lonche que se va, _ahora si voy a tardar una semana, no voy a venir luego, le dijo a su esposa; -Bueno yo aquí te voy a esperar y se fue a trabajar dos o tres días. Después que le llega una razón de que estaba enferma su esposa. _Bueno, ¿y por qué está enferma? si estaba bien cuando me vine. Y después se fue a ver a su esposa. Cuando llegó a su casa le preguntó qué enfermedad tenía, y ella le contestó _ me hablaron dos voces "Virgen María" _ me dijeron _ miraba yo a todos lados y no veía a nadie. Hasta la segunda vez que me hablaron me levanté a asomarme afuera. Ya cuando entré estaba una flor en mi canasta, la olí. Como que me hizo daño y como que sentí que tenía algo en mi pecho y después supe que estaba yo embarazada. Pero si yo no hice nada de pecado cuando me fui a trabajar, dijo San José y la Virgen María, le dijo _ mejor vámonos, porque supe que están matando a las mujeres embarazadas _, Y se fueron en un burrito porque ya estaba gorda. Tardaron tiempo en llegar a un pueblo donde ya estaba a punto de nacer el niño Dios. Pasaron seis casas donde pedían posada, hasta la siete llegaron adonde estaba un rico y le dijeron que les diera posada, _ aquí adentro no se puede solamente en el granero _ les dijeron . Y ahí se fueron a quedar y como a media noche nació el niño Dios y bajó una estrella y alumbró cuando el niño Dios nació. Y después bajaron golondrinas y barrieron con sus alas y como hacia mucho frío llegaron borregos, caballos y otros animales para calentar al niño dios. Pero la bestia comió el pañal del niño dios y le dijeron que lo iba a pagar por que toda su vida iba a llevar las cargas. Ya a las cuatro de la mañana se fueron de ahí, pero dejaron muy limpio y lleno de plata. Después el rico se arrepentía por haberles dicho que no cabría adentro. Se fueron hacia Roma, los iban buscando. Dios huyó solo y en su camino se encontró a un campesino que estaba trabajando y le pregunta ¿qué cosa haces? Le dijo, estoy sembrando maíz, le dijo, a ver si se va a dar. Y dios le dijo, sí se va a dar y se pasó. Después llegó donde estaba sembrando pipían y le preguntó ¿qué haces? Estoy sembrando pipían, a ver si se va a dar y se pasó y más adelante encontró a otro y le pregunta ¿qué haces? Estoy sembrando piedras y dios le dijo, sí se va a dar porque también se dan las piedras sembrando, se pasó y más adelante llego en un río y se encontró a unas garzas que se les estiró mucho su pescuezo por mirar mucho a Jesucristo. Después los que buscaban a Jesucristo (preguntaron) al que había sembrado maíz ¿no ha pasado ninguno aquí? _ Si pasó, pero ya tiene meses por cuando el pasó acababa yo de sembrar mi maíz y ahorita ya está dando. Y siguieron su camino y después preguntaron al que sembró pipían ¿no ha pasado ninguno por aquí? No, si ya tiene tres meses porque mi pipían ya se dio. Y siguieron caminando y más adelante encontraron al señor que dijo que sembró piedra y le preguntaron si había pasado alguien por ahí y dijo que si y que acababa de pasar y descompuso su trabajo por que se dio pura piedra. Y se pasaron y llegaron donde estaban las garzas y le preguntaron ¿no ha pasado nadie por aquí? –Si, acaba de pasar y entró al monte. Los que buscaban a dios fueron atrás de el, dios se subió al palo que encontró con unas hojas grandes largas de chape y los malos tiraron balazos pegando y dejando huelas las hojas y lo atraparon, lo llevaron a una molienda y lo mataron y pusieron de vigilante a un gallo. Le dijeron que si se movía cantara. El gallo vio que dios se movió y que comenzó a cantar. Pero dios volvió a hacerse el muerto y los malos se enojaron con el gallo por mentiroso y le dieron de machetazos a la cabeza del gallo y de la sangre del gallo que escurría salían muchos pollitos y los malos dijeron ora vamos a agarrar otro gallo blanco y vamos a amarrarlo ahí y así lo hicieron, pero Jesucristo habló con el gallo y le dijo _mira amigo, no digas cuando yo me vaya, yo te voy a hacer que cuando te maten te echen en platos buenos, mesa buena y así lo hizo el gallo, cantó cuando el ya iba cerca del cielo.

EL CHAMACO Y LA ABUELA

Había un chamaco que era huérfano, no tenía a ningún familiar. Se murió su mamá y su papá, también sus hermanos. Pasaron muchos años y él no estaba contento porque no tenía ningún hermano, él estaba solo todo el tiempo. Como el muchacho tenía muchas cosas que comer en su casa, como unas frutas: tenía chayote, camote, calabaza, sandía, melón, yuca, rábano, zanahoria y otras cosas más que comer. Entonces una abuela llegó a su casa a comprar frutas y no le vendió, se las regaló y le dijo que se comprara un sombrero, una camisa y un pantalón, que fuera a un arroyo a juntar plumas de cotorra y se las pusiera alrededor de su sombrero. Entonces cuando él se iba a trabajar le dijo una muchacha -al rato voy a tu casa. Entonces él vio unos chayotes para comer con la chamaca y se quedo con él. Entonces aquí me voy a quedar contigo. Tuvieron hijos y uno se fue de maestro. Tuvieron tres hijos y dos mujeres; una mujer se fue de doctora, una mujer se quedó con su mamá unos tiempos y se casó. Los demás se fueron a trabajar a otro lugar, mandaban dinero, con ese dinero compraron vacas y un carro e hicieron buena casa de dos pisos.

EL CORAZÓN DE MI ESPOSA

Era un señor que tenía su esposa pero no tenía hijos. Él era muy trabajador. Un día su esposa estaba hablando sólita _ ¡Ay dios! Voy a tener que ir a dejarle lonche a mi esposo _ . En eso estaba escuchando un gusano y dijo _ voy a hablarle a mi papá para que mi mamá no vaya a la milpa porque está muy lejos, mejor yo voy _ . Ese gusano era el corazón de la señora.. Cuando llegó en la milpa, el gusano se pego en una hoja de plátano y gritaba _ papá, papá, que te vayas a comer ya _ pero yo no tengo hijos por qué me dice papá este gusano. Que va y lo mata y fue a ver a su esposa. Ya cuando llegó a su casa, su esposa estaba encima de su metate muerta. ¿qué le pasó a mi esposa? ¿ por qué está muerta? Será que aquel gusano que maté era su corazón ¿qué hice dios mío? El señor enterró a su esposa y desde entonces tenía que vivir solo.

EL CORAZÓN DE MI ESPOSA

Era un señor que tenía su esposa pero no tenía hijos. Él era muy trabajador. Un día su esposa estaba hablando sólita _ ¡Ay dios! Voy a tener que ir a dejarle lonche a mi esposo _ . En eso estaba escuchando un gusano y dijo _ voy a hablarle a mi papá para que mi mamá no vaya a la milpa porque está muy lejos, mejor yo voy _ . Ese gusano era el corazón de la señora.. Cuando llegó en la milpa, el gusano se pego en una hoja de plátano y gritaba _ papá, papá, que te vayas a comer ya _ pero yo no tengo hijos por qué me dice papá este gusano. Que va y lo mata y fue a ver a su esposa. Ya cuando llegó a su casa, su esposa estaba encima de su metate muerta. ¿qué le pasó a mi esposa? ¿ por qué está muerta? Será que aquel gusano que maté era su corazón ¿qué hice dios mío? El señor enterró a su esposa y desde entonces tenía que vivir solo.

EL MUCHACHO Y EL SAPO

Era un muchacho que quería tener mujer y un día estaba parado en una barranca cuando vio a una muchacha muy bonita. Qué voy a hacer para bajarme, aquí está muy alto. Se dio la vuelta, bajó y llegó a donde estaba la muchacha y le dijo _ Oyes tú, muchacha. ¿ No quieres ser mi mujer? _ y la muchacha le dijo _ ¡sí se puede! Nomás que tengo muchos amigos y también me gusta mucho bailar y en mi pueblo ya va a haber fiesta. _ No importa, vamos, le dijo el muchacho. Y ya se fueron y llegaron en una laguna, donde según era el baile. Y empezó a caer un aguacero y truenos. Y la muchacha dijo _ Ahora sí va a haber una buena fiesta. Ahora sí voy a bailar - Dijo un sapo _ Ahí viene mi novia. _ Vente, vamos a bailar _ le dijo a la muchacha. Y que brinca y que se mete al agua y que empieza a bailar. Y el muchacho no sabía ni cual era la muchacha, por que todos eran puros sapos. Se puso triste y dijo ¿por qué tengo mala suerte?. Ahora me voy a quedar solito porque no tengo esposa otra vez.

LA LEYENDA DEL TAMBOR

Por el año de 1965, allá por el Municipio de Ixhuatlán de Madero que se encuentra en el estado de Veracruz, en un lugar apartado de la zona serrana de la huasteca, donde aún no había sido poblado, existe una montaña tan alta como el cielo mismo. Sus gigantescos árboles le dan ese bello aspecto que produce el color verde del follaje. En las faldas de las mismas montañas se encuentra un llano por donde atraviesa un río. En algunas ocasiones, cuando a las personas les agarraba la noche y transitaba por esas veredas a muy altas horas, principalmente entre las doce y dos de la madrugada, cuando se aproximaban los meses de febrero y marzo, se lograba distinguir el sonido de una flauta y un tambor, cuando aún se encontraban las personas a unos tres o cuatro kilómetros de distancia a la montaña. Conforme se iban acercando al lugar en donde aparentemente se escuchaban las notas musicales, el sonido iba disminuyendo. La sorpresa era mayor cuando al llegar al mismísimo lugar de donde se originaba el ruido no existía absolutamente nada, quedando todo en silencio nuevamente. Las personas al darse cuenta que no había tambores y flauta y que todo era normal seguía su marcha por aquel sendero, pero con miedo y nerviosismo queriendo encontrar una respuesta, de donde se originaba ese ruido. Cuando ya había avanzado unos metros adelante del lugar volvía a escucharse el mismo sonido; esto se repetía varias veces con diferentes personas que coinciden en sus testimonios. Es importante decir que este acontecimiento sólo sucedía por las noches y unos días antes del mes de febrero y marzo, tiempo en que las diferentes culturas de la región celebraban y celebran el carnaval. Así transcurrieron varios años y a este lugar llegaron personas Ñujus para habitarlo, y así se dio origen la formación de dos pueblos que actualmente se encuentran ahí: uno llamado Gral. Felipe Ángeles y el otro Tecomate de Beltrán, ambos pertenecientes a la cultura Ñuju. Los cuales trajeron consigo la tradicional fiesta del carnaval en donde se utilizan el tambor y la flauta como instrumentos que forman parte del rito tradicional del carnaval, que según la gente mayor se hace para que el bien y el mal estén en amistad, para que el mal no traiga enfermedades, ni desgracias a la población, por el contrario, que haya suerte en las cosechas que beneficien a la comunidad.

JUAN DEL MONTE

Una vez una muchacha se fue a cortar escoba al monte muy lejos del pueblo. Apurada la muchacha buscaba y buscaba una planta resistente para su escoba, sin darse cuenta que la iba siguiendo una sombra decía _ ¡oh! ya es tarde y pronto va a oscurecer y todavía no termino, y se ve aquí muy feo ya, además de que por aquí vive Juan del Monte. La muchacha cuando terminó y se apresuraba a irse, de repente Juan del Monte la agarra y le dice _ oye, no me has pedido permiso para llevarte la hierbas que estás cortando por lo tanto, te vas a quedar conmigo, para pagarme mis hierbitas porque pa´ mi son sagradas, esas son una parte de mi alimento. La muchacha muy asustada dice _ ¡no! ¡por favor! yo no sabía que había que pedirte permiso, ¡déjame ir!. Juan del Monte no la dejó ir al contrario la fue a encerrar en su cueva que tenía en un lugar oculto del bosque. El tiempo que estuvo la muchacha, como era muy abusada, que aprende mucho sobre las hierbas, para que servían y cómo usarlas. Después de un año la muchacha pudo escaparse, y se hizo curandera del pueblo.

TLAMANA REMINISCENCIAS DEL PUEBLO DEL MAÍZ

Durante miles de años los antiguos mexicanos lograron que la planta del maíz pasara a ser una monstruosidad biológica incompetente para reproducirse por medios propios, provocando su dependencia del hombre mediante una simbiosis hombre-maíz, el cual lo elevó a nivel divino mostrando la estima que se le tenía y que aún se le tiene; en algunos lugares incluso se le denomina “Su gracia” y se le ve con reverencia, como se le trata en muchos poblados y rancherías en la ceremonia conocida como tlamana, que significaría “dar de comer a los elotes”.
“Chikomexóchitl tata, chikomexóchitl nana, chikomexóchitl teotiotsi, chikomexóchitl xinola, chikomexóchitl la Reforma…”, se escuchan los rezos del ueuetlákatl o especialista tradicional, quien ha sido invitado por los moradores de la casa para llevar a cabo un ritual donde el principal protagonista es la mazorca del maíz tierno convertida en grano joven: in elotl.
En el inicio de los tiempos, según una leyenda huasteca, una hormiga descubrió el grano de maíz y lo llevó ante los dioses, siendo Quetzalcóatl el encargado de entregarlo a los hombres. Los antiguos pobladores de Huastecapan fueron los primeros que lo domesticaron y cultivaron llamándolo to-nacayo, que significa “nuestra carne”, porque su leyenda decía que el hombre fue hecho por los dioses únicamente de maíz.
Los aztecas transformaron el nombre huasteco y lo llamaron tsintli, aludiendo el alimento a los dioses o teosintli. Aunque el origen del maíz (Zea mexicana) es un misterio, se trata de una planta ampliamente distribuida en territorio mexicano, y su cultivo se remonta a más de 7 000 años de antigüedad. Su nombre proviene del haitiano mahis o mahys, con el cual lo conocieron los españoles por primera vez en la isla Fernandina en 1492.
Los antiguos mexicanos lograron que la planta del maíz pasara a ser una monstruosidad biológica incompetente para reproducirse por medios propios, provocando su dependencia del hombre mediante una simbiosis hombre-maíz, el cual lo elevó a nivel divino: Centéotl, Xilonen, Chicomecóatl, Tlatlauhquicentéotl, Iztaccentéotl son nombres de algunas divinidades que muestran la estima que se le tenía y se le tiene hasta nuestros días; en algunos lugares incluso se le denomina “Su gracia” y se le ve con reverencia, como se le trata en muchos poblados y rancherías en la ceremonia conocida como tlamana, interpretándose como “dar de comer a los elotes”.
Los maseualimej (campesinos), como se designan los nahuas septentrionales de la huasteca veracruzana (municipios de Chicontepec y Álamo Temapache), tienen la creencia de que el maíz tierno es un ser vivo, por lo que no debe tirarse o desperdiciarse debido a que como son niños lloran si se les maltrata, además de que se les requiere alimentar mediante un ritual antes de levantar la cosecha, motivo por el cual el propietario de la milpa contrata los servicios de un especialista tradicional que se le nombra ueuetlákatl (hombre anciano), y dependiendo de su posibilidad económica solicita la participación de un trío de huapangueros que interpretará los sones y huapangos de tlamana durante la ceremonia.
Los familiares, parientes de compromiso (padrinos de graduación) y convidados especiales son invitados a concurrir al banquete que se le ofrece al “elote sagrado” o chikomexóchitl bajo la dirección del consejero o especialista, pues si tal celebración no se practicara habría una mala cosecha para el siguiente ciclo.
El ueuetlákatl solicita al dueño de la casa todo lo necesario para el ritual: un gallo y una gallina, aguardiente, cerveza, refrescos, galletas, café, velas, copal, sahumerio, agua bendita, ramas de limonario, hojas de maíz, flores de sempoalxóchitl, hojas de coyol llamadas koyolxíutl, paliacates o ropa para vestir al maíz y al elote, listones, etcétera; todo lo cual servirá para confeccionar lo necesario para la ofrenda, los adornos y el atuendo.
A modo de purificar la casa, el especialista tradicional efectúa una limpia por medio de una planta urticante, huevos y sahumándola con copal realiza cortes específicos en papel para elaborar los tlatektli o recortes que representan el elote, el chile y el frijol, sustento tradicional indígena.
Frente al altar doméstico el ueuetlákatl reza y sacrifica el gallo y la gallina; las mujeres cocinan las aves mientras los hombres elaboran collares de flores e implementan dos arcos con las ramas del limonario, uno en el interior de la casa y otro en el exterior; algunos invitados traen costales con elotes y cuatro matas de maíz; el especialista le da los últimos toques a los huacales de flores o xochitecómitl, ramos de flores o xochitolontli, peinetas o xochitlakasuastli que representan a los nueve planetas y los manojos de flores llamados maxóchitl, todo servirá de adorno para el maíz sagrado: tierno y maduro.
En una pequeña mesa y frente al altar casero, el ueuetlákatl hace los preparativos para vestir y arreglar al hombre-mujer maíz que en el pasado ciclo agrícola fue Chikomexóchitl y que ahora “recibirá” al niño-niña maíz que dentro de algunos momentos será traído de la milpa; yacen sobre la mesita los ropajes (servilletas bordadas y paliacates), velas, mazorcas, collares, peinetas, manojos y ramos de flores y recortes de papel. El especialista les reza y sahúma con copal y en pocos minutos los convierte en Tenansintli Chikomexóchitl, quien surge ante los ojos de los invitados, luciendo sus mejores galas el hombre-mujer maíz como si fuera Chicomecóatl, deidad azteca de la cosecha y la subsistencia, se le coloca en el altar doméstico y se le proporcionan los “honores correspondientes a su rango”.
Todo está listo para recibir al elote: el niño-niña que viene de la milpa, el ritual continúa y es acompañado con los sones respectivos, los arcos interior y exterior han sido unidos por medio de un mecate con flores o ueyixochimékatl.
En su momento llegan a la casa las personas que traen de la milpa los elotes y las matas de elotes, todos los asistentes los reciben en el arco exterior, mientras en el ambiente flotan los acordes de la música; las matas de elote son enterradas a cada lado del arco: la mata mayor o xiuiyo representa al niño, y la menor, tlamanasontetsi, a la niña.
Delante del arco exterior se implementa un altar sobre el cual se viste y adorna el elote para su fiesta, convirtiéndolo rápidamente en Chikomexóchitl y según la posibilidad del propietario de la casa se les viste, al “niño” y a la “niña”, independientemente el uno del otro; en la mayoría de los casos, sin embargo, ambos se sujetan juntos y así se visten y adornan para formar una unidad que comulga con la cosmovisión primitiva de dualidad que posee la divinidad del maíz.
El ueuetlákatl entra a la casa y entrega a una niña al hombre-mujer maíz que recibirá a Chikomexóchitl, mientras otros niños sostienen velas de sebo y hacen sonar una pequeña campana; todos salen para el encuentro y en el exterior comienza el ritual que le da el nombre a la ceremonia: “dar de comer a los elotes”. Se les sahúma y ofrenda el guisado de gallina, refrescos, cerveza, etcétera; se colocan collares de flores y otros adornos a las matas de elote y a los instrumentos musicales. Literalmente se les da de comer y beber a Chikomexóchitl y a las matas de elote.
El dueño de la casa recibe del ueuetlákatl la cosecha, para luego pasar todos al interior de la casa y colocar en el altar a Tenansintli Chikomexóchitl (maíz) y Chikomexóchitl (elote) e iniciar la labor de estibar al frente del altar y sobre hojas de plátano la cosecha de elote formando un círculo.
A un lado de los elotes estibados se colocan las herramientas de trabajo: azadones, machetes y hachas.
La ofrenda permanece cuatro días y el sobrante de los adornos son guardados junto con Chikomexóchitl, que se encargará, ya como hombre-mujer maíz, de recibir al niño-niña maíz del próximo ciclo, que según su calendario agrícola se presentan dos por año: tonalmilli, de enero a abril, e ipoal (temporal) de junio a septiembre, por lo que la tlamana se realiza dos veces al año: abril y septiembre.
El significado de Chikomexóchitl, “7 flor”, tal vez se perdió en el tiempo, pero no dudo que está ligado al simbolismo y la religiosidad: primero porque el 7 se utiliza esotéricamente, y segundo porque el sufijo xóchitl se relaciona con lo santo o sagrado. En el continente americano todo lo que se relaciona con el maíz tuvo y tiene una fuerte connotación religiosa, es por ello que sus antiguos y actuales pobladores han sido “El pueblo del maíz”.
Fuente: México desconocido No. 307 / septiembre 2002

LA BRUJA DE LA HUASTECA

En algún lugar de la huasteca, que en realidad no se sabe cuál es por que se rumora en toda ella, había una señora muy conocida que se transformaba por las noches. Hacía una lumbre en el piso y empezaba a brincar de un lado al otro, de un lado a otro, de un lado a otro, y a determinado tiempo de estar saltando esa lumbre, se desarticulaba las rodillas, quedaba sin piernas entonces subía en una escoba y empezaba a volar en busca de niños recién nacidos para chuparles la sangre hasta dejarlos vacíos; se convertía en un animal con lengua tan larga que le permitía atacar al bebé desde muy lejos.
Una noche el esposo de la bruja de la huasteca vio cuando ésta saltaba la lumbre de un lado a otro y no le cupo la menor duda de lo que la gente andaba hablando de ella. Si, él descubrió que su señora era aquel temido y odiado ser del que tanto se hablaba en casi toda la huasteca veracruzana y que tantos males había ocasionado.
Era tan mala y vivía tan hambrienta que hasta a sus propios hijos les había chupado la sangre. Cuando Porfirio la vio brincar, sintió que la odiaba. Ella, la mujer que tanto había sufrido la pérdida de sus tres hijitos era la misma que se los había comido.
Entonces, escondido tras la puerta, espió cuando ella se estaba quitando las extremidades inferiores y una vez que se aseguró de que ya había salido de su casa, le escondió las rodillas en un lugar que sólo él supo, de tal manera que cuando la bruja llegó no las encontró por ningún lado y quedó convertida en un animal sin rodillas hasta que enfermó de tristeza y murió.

jueves, 6 de mayo de 2010

Xantolo, día de muertos


El día de muertos o Xantolo es, sin duda, una de las festividades más importantes y representativas de la región norte de Veracruz, comprendida, entre otras, por las poblaciones de Pánuco, Tempoal, Tantoyuca, Platón Sánchez y El Higo. Aquí se le rinde culto a los muertos festejándolos con una serie de actividades que comienzan a partir del 31 de octubre hasta el 3 de noviembre, distinguiéndose de otros pueblos por sus características particulares. A pesar de que es una festividad llevada a cabo en toda la región huasteca es en Tempoal en donde se conservan mejor sus raíces e incluso fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de Veracruz, en 2007.
Xantolo es un vocablo que viene del término castellano xanto (santo) y el término náhuatl olo (abundancia), que significa Todos Santos.

Debido al carácter sincrético de la fiesta en Tempoal, la celebración de los muertos se considera una de las más singulares y raras de todo México, pues incluye culto de las deidades prehispánicas y de las impuestas a los indígenas por los españoles.

Los preparativos para la fiesta se comienzan con días de antelación, casi siempre a finales de octubre. La puesta de los altares con muchos elementos decorativos así como las danzas se ejecutan en preparación de los días grandes.
En cada hogar se instala el ya tradicional Altar de Muertos, que consta de dos arcos de guasima1 o cualquier otra vara flexible, forrados con estribillo y adornado con flor de cempasúchil y mano de león. En la ofrenda se acostumbra poner todo aquello que le gustaba comer al difuntito, así como los objetos que nos hacen recordarlo, como alguna imagen, algún objeto personal y hasta su música favorita.
Al altar se le cuelga fruta, pan de muerto y flores, y se adorna con papel picado de colores sobre un mantel blanco, dándole con esto más colorido a la ofrenda. Lo que no debe faltar es la imagen de la Virgen de Guadalupe, de Jesucristo o del Santo que veneren en cada hogar, así como copal o incienso para purificar el ambiente y alejar los malos espíritus. En el piso se coloca un camino de cal, que según la costumbre es para atraer las almas de los difuntos, así como también una bellota con cuatro velas en cruz que indican los puntos cardinales, esto para alumbrar su recorrido hacia el altar. La creencia cuenta que la ofrenda debe permanecer desde el 31 de octubre hasta el 8 de noviembre, cumpliéndose así el ya tradicional ochavario, periodo que tienen los difuntos para llegar y retirarse.
El día 1° de noviembre es destinado a los muertos chiquitos y, por ende, en la ofrenda se colocan dulces, refrescos, piñatas, juguetes, y demás objetos que atraerán las almas pequeñas.
El día 2 es de los difuntos mayores y el altar se llena de colorido, olores y sabores diversos que van desde platillos como el mole o los tamales, así como también el pan de muerto, chichimbre3, pemoles4, atoles duros5, dulce de calabaza, café y no puede faltar la cerveza o el tequila, según el gusto del difunto. A la ofrenda en su conjunto se le llama chichiquil y la tradición es visitar las casas de los parientes y amigos llevando y trayendo chichiquiles como muestra de cariño y respeto.

Existen varios elementos que se usan en esta fiesta, como los cohetes, que con sus destellos se utilizan para atraer a los espíritus "buenos" y al mismo tiempo para alejar a los espíritus "malos" de las cercanías de las casas, que será en donde llegarán los fieles difuntos.

Además, se realiza una representación con los locales disfrazados de “Viejos” con máscaras artesanales, talladas en madera y atuendos de estilo vaquero. También usa un paliacate o una pañoleta para cubrir la parte posterior del cráneo y el cuello mismo.
Los viejos representan entonces la materialización de las almas de los muertos, por lo que con este carácter pueden entrar a la casa que ellos elijan, tomando así los alimentos de los altares que ellos deseen, pues se dice que las almas de los muertos vienen a bailar y a disfrutar de la comida que se les ofrenda. Sin embargo, detrás de ellos viene la muerte siguiéndolos para llevarlos de regreso y que el alma de los muertos se esconde en el cuerpo de los vivos y el vivo debe ponerse máscara pues la muerte no debe reconocer a los vivos.

La cuadrilla está formada por el vaquero, quien dirige al grupo y porta un cuerno de vaca con el cual llama a su comparsa para que comiencen a ejecutar la danza, el diablo que porta un látigo o chicote con el que hace múltiples travesuras, la muerte, la señora embarazada, el curandero o curandera, la novia y el novio, el niño y la niña, el doctor y la enfermera, entre otros.

Se le llama cuadrilla y no comparsa (aunque lo parezca)ya que los personajes principales son cuatro y cada uno de ellos tiene un interesante significado:
El vaquero, quien es el primero en llegar al altar y llama a los demás tocando el cuerno, representa al hombre, su fuerza. Su color representativo es el azul. Prehispánicamente representa “el agua que cae”, la lluvia que fecunda la tierra.Va al frente de la cuadrilla porque representa al hombre, cabeza de la familia, su conductor. El sombrero que posee es símbolo de su conexión con Dios, la reata hace alegoría a la fuerza con la que el hombre sujeta todo lo que ambiciona, y las chaparreras y las espuelas son icono del sincretismo religioso: “La conjunción de la fe cristiana e indígena”.
El segundo personaje de la cuadrilla es la mujer, “la Mujer Embarazada”. Su color es el verde y representa a “la tierra fecundada” por la lluvia (el hombre). Con ella da inicio “la Vida”, “el ciclo generacional”, y si bien “el Vaquero” es factor de que se de “el Nacimiento”, es “la Mujer Embarazada” quien lo sufre. Representa la feminidad. Todo lo aguanta, todo lo tolera, todo lo soporta; encima de todo lo que padece por el hombre, lo quiere, ha allí la razón de su rostro duro.
“El Diablo” es el más ambiguo de todos los personajes, el más difícil de entender. Su color es el rojo, representa “el fuego dentro del ser humano”, y su imagen tiene el rostro del cristal con que se ve.
“La Muerte” representa “el aire impalpable”, carece de color. Es la representación del fin de “la Vida”, pero es también símbolo del inicio de una nueva en el plano espiritual.

El 30 de noviembre se hace la fiesta del "destape", una tradición en la que las comparsas bailan de nuevo toda la noche y donde al final descubren sus caras y se conoce a la persona que portó ese disfraz.

Gastronomía


Entre los platillos típicos podemos encontrar las enchiladas huastecas, las encremadas, los bocolitos y el muy conocido zacahuil.

El zacahuil es de los tamales más grandes y de mayor consumo regional que existen en el país, siendo el producto culinario emblemático de la huasteca.

"La Huasteca llega donde hay zacahuil. Es el platillo huasteco por excelencia y, como el huapango, la expresión de cultura popular que identifica a la población de las seis huastecas", asegura la gastrónoma Leticia Esquivel Hernández, quien participa en una muestra de tamalería latinoamericana en el Museo Nacional de Culturas Populares del Conaculta.

El ingrediente básico del gran tamal huasteco es el maíz, sólo que su masa debe ser martajada. Esta se adoba con chile seco, cascabel o chino. Los rellenos en crudo -carnes de res, cerdo, pollo, pescado o mariscos- se dispersan en la masa, ésta se envuelve con hojas de plátano o papatla (platanillo) y se coloca en una batea de madera para su cocimiento.

El zacahuil se cuece en hornos de tierra, como los que se usan para la barbacoa (calentados con leña), o de barro como los de las panaderías. El tamal debe quedar herméticamente envuelto para que no se queme (se emplean hasta 45 hojas, según su tamaño) y su cocimiento puede durar horas a fuego lento.

Música y danza

Huapango

Es la musica tradicional de la Huasteca, significando en voz náhuatl huapango: "sobre el tablado", y hace referencia al baile que se ejecuta sobre una tarima de madera
Se cree que el huapango surgió en las costas de Veracruz con la llegada de la población ibérica, dando lugar a una fusión de las formas musicales europeas con lo indígena y lo africano, resultando de esta mezcla una expresión musical propia y de carácter regional, que poco a poco iría arraigandose entre los habitantes del pueblo veracruzano.

En forma tradicional, se le llama huapango a la fiesta donde participan jóvenes, adultos y niños, así como al son que se interpreta con violín, jarana y guitarra (huapangera), acompañando al canto y a la poesía de los trovadores, que al compás de de los instrumentos, entonan coplas de muy diverso contenido.

Los músicos ejecutantes del huapango pueden ser dos o tres, combinandose violín y jarana, o violín y huapangera, pero el conjunto completo se integra tradicionalmente con los tres. Los dos tipos de guitarra son usadas generalmente para producír armonías que acompañan la melodìa del violín, mediante el rasgueo y los llamados "azotes", balanceándose acústicamente los agudos y graves en el acompañamiento.

Otro de los rasgos que distinguen al huapango es el falsete: un estribillo corto y agudo que se logra elevando la voz por sobre el tono que se lleva, ya sea para ligar un verso con el siguiente o para adornar la ejecución del canto.

Por su estructura abierta, el huapango se presta para la improvisación tanto en la voz como en los instrumentos, asimismo, la libertad que permite para su interpretación, hace posible el acoplamiento en el ritmo de cualquier otro elemento sonoro; si es bailado, la música se enriquecerá con el rítmico zapateado de los bailadores, si solamente es tocado, podrá ser común que se golpee con las manos la jarana o la huapanguera, que se haga "vocalización" (chasquido que se produce con la lengua, usando la boca como caja de resonancia), o que las palmas de las manos se peguen aplaudiendo al compás de la música.

El trovador, versador o cantador es alguien que, tocando un instumento o no, se carácteriza por su especial habilidad y gusto en el arte de cantar y de improvisar versos, acompañado de la música y junto con otros participantes; mutuamente se van contestando los versos, cada uno en su turno y con interludios de violín, estableciéndose un diálogo entre los cantadores que podría considerarse como la forma tradicional de ejecutar el huapango.

Además de su variedad de pasos e interpretaciones, cuenta con una armonía musical propia para cada son. Existen cuatro sones que se bailan tradicionalmente desde muchas generaciones atrás. Su secuencia de pasos y estilo coreográfico han quedado marcados desde su resurgimiento en 1910 hasta la actualidad; estos sones son El Caimán, El Caballito, La Presumida y la Huasanga, dos más actuales son el Querreque y El Taconcito. Dentro de estos sones se encuentran todos los bailables existentes en el Huapango Huasteco Veracruzano.

En cuanto al baile, cuando los músicos se encuentran trovando, los bailadores siempre realizan un paso de descanso, al cual se le denomina valseado o alisado. Dominada la agilidad con los pies se puede realizar una serie de cambios o remates sincopados a los que se le denomina adornos. La postura de los bailadores es erguida, el caballero siempre con el sombrero en la mano, que indica el respeto que le merece su bailadora, y sólo lo utiliza para invitarla a bailar. La dama alegremente ataviada recoge sus enaguas elevándolas a una posición que no va más allá de la altura de sus hombros. Situados uno frente al otro esperan la introducción del violín para bailar. Los huapangos huastecos bailables son ejecutados con tres trovas únicamente; por esta razón en algunas huapangueadas los bailadores les señalan a los músicos el número de versos que desean bailar.

En el ritmo del huapango existen variedad de estilos en cuanto a su ejecución en las diferentes zonas. Lo cantan dos personas: la primera, que es la que inicia y va a realizar la trova completa, repitiendo la primera parte como si fuera una cuarteta; y la segunda que es la que le contesta o bien repite esa parte de la trova que es la misma en igual forma. Al terminar el contestados continúa el trovador para finalizar el verso. Los huapangos que se interpretan musicalmente para trovar, están compuestos de cuatro o más coplas, dependiendo del número de cantadores que están presentes en la ocasión, o bien para narrar alguna anécdota, o versos a la Huasteca, o algún personaje político o social. Los huapangos tradicionales en los que se ejecuta el baile son siempre tres versos, pudiendo a veces aparecer de dos, dependiendo de la energía de los bailadores.

Entre los instrumentos españoles asimilados por nuestra cultura y específicamente en la zona huasteca, están el rabel (especie de violín con tres encortaduras) y la antigua guitarra española, que se transformó en la jarana huasteca. Para interpretar la música Huasteca, en la actualidad se usan tres instrumentos principalmente: el violín, la jarana huasteca y la guitarra quinta doble o huapanguera.
En los siguientes links podrás apreciar, en el pimero, el huapango bailado al estilo veracruzano y, en el segundo, una canción huapanguera muy famosa, "El Querreque".


http://www.youtube.com/watch?v=ouOd68SNliU


http://www.youtube.com/watch?v=9oKcLB-jdzs

El señor de la misericordia en Tampico Alto

La fecha en la que se llvan a cabo las fiestas no es estática, puesto que son 40 días después de Semana Santa en domingo, pero días antes, y días después, se hacen presentes, tanto los que ofrecen mandas, como danzantes, turistas, y todo un mundo de gente que van a ver al Sr. De la Misericordia. Hay personas, que ofrecen de manda ir a pie desde el lugar donde vivan.
Algunas personas, compran listón de algún color, y con el miden la estatura de un enfermo, y le llevan ese listón al Cristo, pidiendo tal o cual milagro.
Otras personas, compran veladora, se limpian con ella, rezando e invocando la Ayuda Divina. Eso da pie, a que si alguien no puede ir, algún familiar o conocido, lleve esa petición, como si fuera una misiva, al Señor de la Misericordia.

Día del Niño Perdido en Túxpam


Cada año la población se une para llevar a cabo una tradición proveniente de una alegoría al pasaje bíblico del Evangelio de San Lucas, en el que se narra como se pierde Jesús, de 12 años y sus padres angustiados lo buscan hasta que al tercer día lo encuentra en los doctores, en el Templo de Salomón. Es por esto que cada 7 de diciembre las calles de Tuxpan se iluminan por cientos y cientos de velas que adornan las aceras de las calles, bardas, banquetas, todo con el propósito de alumbrar el camino del niño Dios.

No obstante, también hay quienes piensan que las velas encendidas sirven para encontrar a los niños extraviados, ayudarlos a regresar a casa, así como sucedió con el Niño Jesús.
En Tuxpan, se colocan las velas desde el “Callejón del Niño Perdido” en el centro de la ciudad, a partir de aquí se encienden las primeras velitas a los pies de la escultura dedicada a esta festividad.
Esta tradición tuxpeña, puede rastrearse hasta el siglo XVIII, como parte de las tareas de evangelización que llevó a cabo el fraile Junípero de Serra, basándose en el pasaje mencionado por San Lucas.

El día del Niño perdido es generalmente celebrado en el norte del estado de Veracruz, principalmente en los municipios de Tuxpan, Cerro Azul y Poza Rica e incluso ha llegado en algunas zonas de la capital del país, donde se celebra en uno de los barrios más céntricos, gracias a los habitantes con origen en alguno de los municipios del norte de Veracruz y que no han querido olvidar la tradición. En Xalapa, el iluminado de las calles se hace en el barrio del Dique, desde la calle Venustiano Carranza hasta el Parque Juárez, en el centro de la ciudad, por lo que se reconoce el ánimo de preservar la tradición, sin importar el lugar donde se encuentre el veracruzano.

Boda indígena en Chicontepec

Los nahuas de la región realizan un ceremonial y fiesta de boda únicos. La boda conjuga, por una parte, costumbres ancestrales que al paso del tiempo han integrado todo un ritual, transmitido de generación en generación, y por otra, la música y la danza de la ocasión.
En el ceremonial se conservan actos cargados de simbolismo, tales como sahumar a los novios “para que los vientos los reciban bien”, regar aguardiente en la tierra, a fin de que ésta deje a la pareja vivir por muchos años, o poner flores a los novios, invitados, músicos e incluso a los instrumentos musicales, en señal de conmemoración.
Se hace presente también, la práctica de que el más viejo de la comunidad, el “huehuetlácatl”, sea el casamentero. Este personaje, como máximo depositario de la tradición, maneja una serie de símbolos; así, hace entrega de un calabazo, una mazorca de maíz y una botella de aguardiente al novio en muestra de propiciación de abundancia para el nuevo hogar e indicando que es el hombre quien ha de procurar el alimento a la mujer.
De la misma manera, la manipulación mágica de los elementos naturales aflora; el agua se emplea tanto para lavamientos de manos y purificación, como concebida cual fuente de protección, ya que se le invoca en el pozo para que proteja a los desposados.
La música que acompaña el ceremonial y fiesta es de sones tocados con violín y guitarra huapanguera. La melodía que generalmente se toca en esta fiesta se denomina "Xochipitzahuatl" o "flor menudita".
Algunos de estos sones también se bailan; su ejecución es realizada dentro de la más pura tradición, tanto en coreografías como en pasos.
El vestuario de toda la comunidad es por igual celosamente conservado, en su diseño general, en su forma de elaboración y en los materiales usados.

Herbolaria

Las recetas que se presentan a continuación son transmitidas de generación en generación por los habitantes de la Huasteca Veracruzana para curar diversas enfermedades.

AJO: Se utiliza para quitar las molestias ocasionadas por las varices. Machacando dos cabezas de ajo y se ponen más o menos en la décima parte de alcohol. Se prepara té de hojas de rábano y se le agregan como 20 gotas de alcohol con ajo. Se debe de tomar un vaso antes de cada comida durante 20 días.
Para curar el asma: se hierve medio litro de leche con 3 dientes de ajo, un pedazo de palo de ocote y tres cucharadas de miel (100% de abeja). Tomar el té caliente todas las noches.
Tomar una taza de té (sólo ajo y agua) cada dos horas durante el día todos los días ayuda con los problemas digestivos.

BERENJENAS: El jugo de este fruto aumenta la capacidad de orinar si existen problemas urinarios.

SEMILLAS DE CALABAZA (PEPITAS): Son el remedio para los parásitos. Los niños deberán comer entre diez y 15 pepitas peladas, los adultos entre 20 y 30. Al pelar las pepitas hay que dejar integra la envoltura interior, que se deberá comer cruda. Al cabo de unas horas de habérselas comido deberá tomar una cucharada de aceite de ricino.
CAPULINES: Ocho capulines en jugo junto con 2 manzanas, una rebanada de piña y un poco de agua mineral; al tomarlo durante un mes, evitará la formación de cálculos en la vesícula.

MANGO: Su corteza en té (hervido durante 20 min.) quita la fiebre pero es algo purgante.

MANZANILLA: En té, se usa contra los dolores del vientre, pero para que de resultado se debe aplicar un fomento caliente de manzanilla sobre el vientre. La infusión de manzanilla es buena para curar las inflamaciones de los ojos aplicando dentro de él algunas gotas tibias.

NOPAL: Es bueno para la tuberculosis; se pican aproximadamente un cuarto de kilogramo de nopales, se le agrega el jugo de cinco limones dejándolos serenar toda la noche y a la mañana siguiente agregar cinco cucharadas de miel de abeja y comerlo en ayunas hasta que alcance la curación total.
Para la diabetes: hervir dos nopales junto con una calabacita tierna y las cascaras de diez tomates verdes dejando serenar toda la noche, tomarlo como agua durante 90 días.
ORTIGA: El jugo de la hojas frescas hace orinar y deshace los cálculos del riñón y la vejiga, se toman tres cucharaditas por la mañana y tres por la noche (las cucharadas deben de ser medidas pero tomadas con popote porque se dice que es muy fuerte y llega a desgastar los dientes con suma rapidez).

YERBABUENA: una rama en té junto con una rama de manzanilla y un poco de estafiate ayuda a sanar las molestias estomacales, pero al tomarlo se le debe agregar una pizca de bicarbonato y el jugo de medio limón.

AGUACATE: En té (agua y hojas de la planta de “aguacate oloroso”) tomado antes de cada alimento ayuda a tener una mejor digestión y a sanar las afecciones estomacales.

LLANTEN: Tomar un trago de té cada dos horas y haciéndose enjuagues en la boca cada hora ayuda a descongestionar las vías respiratorias.

Municipios de la Huasteca Veracruzana

1) Pánuco
2) El Higo
3) Pueblo Viejo
4) Tampico Alto
5) Tempoal
6) Ozuluama
7) Chiconamel
8) Platón Sánchez
9) Chalma
10) Tantoyuca
11) Tantima
12) Tamalín
13) Chinampa de Gorostiza
14) Naranjos Amatlán
15) Tamiahua
16) Huayacocotla
17) Ilamatlán
18) Zontecomatlan.
19) Texcatepec
20) Zacualpan
21) Benito Juárez
22) Tlachichilco
23) Ixcatepec
24) Chicontepec
25) Ixhuatlán de Madero
26) Chontla
27) Tepetzintla
28) Temapache
29) Castillo de Teayo
30) Citlaltépetl
31) Tancoco
32) Cerro Azul
33) Túxpam